{"id":2519,"date":"2015-01-16T07:00:55","date_gmt":"2015-01-16T06:00:55","guid":{"rendered":"http:\/\/portfolionatural.com\/blog\/?p=2519"},"modified":"2015-01-16T07:00:55","modified_gmt":"2015-01-16T06:00:55","slug":"primeras-luces","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/portfolionatural.com\/blog\/sin-categoria\/primeras-luces","title":{"rendered":"Primeras luces"},"content":{"rendered":"

$\"Primeras$ <\/a>Cuando la luz pierde intensidad, gana en posibilidades. La frase no es m\u00eda, evidentemente, pero me encanta, es una de esas m\u00e1ximas de la fotograf\u00eda de paisaje que deber\u00edamos llevar grabada a fuego todos los que sentimos verdadera pasi\u00f3n por retratar de la manera m\u00e1s delicada posible nuestro entorno natural. Lo aprend\u00ed de un gran maestro del cine, de uno de esos directores de fotograf\u00eda que ganan premios y cuyos nombres aparecen escritos con may\u00fasculas en los cr\u00e9ditos de las pel\u00edculas. Y lo aprend\u00ed leyendo, como tantas otras cosas que aprendemos de los libros, y se me qued\u00f3 ah\u00ed, como vagando por el subconsciente, como provocando cierta sensaci\u00f3n de incertidumbre cada vez que visitaba un lugar nuevo con la c\u00e1mara entre las manos.<\/p>\n

Ahora, algunos a\u00f1os despu\u00e9s y con unas cuantas fotos a mis espaldas, trato de recordar cu\u00e1l fue el instante en el que aquel maravilloso dogma dej\u00f3 de ser pura teor\u00eda y se convirti\u00f3 en algo comprensible y provechoso, en qu\u00e9 momento influy\u00f3 en la manera que tengo ahora de decidir qu\u00e9 im\u00e1genes quiero conseguir, y cu\u00e1ndo y c\u00f3mo quiero captarlas. Pues bien, lo recuerdo perfectamente. Fue la primera vez que vi despertar un lugar, que no es lo mismo que contemplar un amanecer. Cuando hablo de ver c\u00f3mo despierta un lugar, me refiero a llegar de noche, a dejar que nuestras pupilas se adapten a la falta de luz, a escuchar los sonidos que nos permiten intuir las cosas que no podemos ver todav\u00eda, a observar c\u00f3mo se dibujan los perfiles de las nubes con el primer albor del cielo, a comprobar c\u00f3mo se definen los vol\u00famenes de cada objeto cuando esa primera luz irrumpe sutilmente en la escena, a apreciar los diferentes colores que reflejan las zonas h\u00famedas seg\u00fan los tonos que vaya cogiendo el cielo. En definitiva, a sentir la transformaci\u00f3n de ese espacio durante unos pocos minutos, ese m\u00e1gico intervalo de tiempo en el que no ha salido todav\u00eda el sol, pero la primera claridad del d\u00eda nos da la bienvenida y nos invita a experimentar, a retratar el proceso de creaci\u00f3n de un lugar en nuestra mente que, hace solo un instante, no exist\u00eda para nuestros ojos, a intentar no delatar nuestra presencia, a procurar que no haya nada que indique que estamos all\u00ed y que nos hemos guardado en la c\u00e1mara una peque\u00f1a parte de esa experiencia y por supuesto, a generar un recuerdo maravilloso. Entonces sale el sol, y llega la hora de recoger y volver a casa, o mejor a\u00fan, de buscar un nuevo lugar que nos transmita algo positivo, de generar alguna idea nueva y de apuntarlo en la lista de fotos pendientes. Qui\u00e9n sabe, quiz\u00e1 cuando tengamos ocasi\u00f3n de volver por all\u00ed, nos apetezca verlo despertar. Seguro que encontramos nuevos detalles, diferentes colores, sensaciones inesperadas, y nos guardamos otra experiencia m\u00e1s en nuestra c\u00e1mara.<\/p>\n

Miguel Puche<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"