La congruencia estética de una fotografía viene marcada por el equilibrio en la composición y por la armonía lógica de la luz. Como ya destacó Joe McNally, “La luz sigue una lógica, tiene que venir de algún sitio y algo la tiene que producir”.
Esta premisa, aparentemente obvia y aplastante siempre se cumple en la naturaleza, donde la luz cae sobre todos los objetos produciendo cuatro manifestaciones de luz y sombra:
a) el tono más claro, donde la luz incide directamente,
b) el tono oscuro, correspondiente a la sombra donde los objetos bloquean la luz,
c) la luz tenue o reflejada, correspondiente a la incidencia de la luz sobre múltiples objetos rebotando en unos y en otros, y que se conoce como gris medio,
d) la sombra cimera o joroba de la luz, que existe entre el claro y la luz reflejada en las formas más redondeadas, y que corresponde a tonos más bajos que la sombra más oscura.
De esta manera, todos los elementos alcanzarán un volumen acorde con la luz que incide sobre ellos. Esta clasificación se complica según sea luz directa o filtrada (por fenómenos atmosféricos como la niebla o por objetos como las hojas de los árboles), produciéndose un amplísimo abanico de tonos e intensidades en los colores e incluso en los volúmenes. Pero siempre sigue una lógica aplastante y el fotógrafo debe escudriñar y estudiar la luz y entenderla… y encontrar su lógica.
Sin embargo, esta premisa tan obvia está en peligro cuando se procesa una imagen. La racionalidad de la luz debe regir siempre este procesado y es aquí cuando hay que estar más atentos a resolver las incógnitas que ella propone y llegar a la solución óptima de la ecuación luminosa en todo el fotograma: la luz lógica.
Abusar de las herramientas virtuales al procesar puede dar al traste con una buena fotografía, porque cualquier incongruencia con este equilibrio de luz, por pequeño que sea, generará un punto discordante en el conjunto, que creará tensión visual y que producirá un desequilibrio importante en la lectura racional de la fotografía. Los objetos sólidos no filtran luz, los reflejos en el agua no deberían ser más luminosos que la luz que incide sobre ellos, la luz filtrada por las hojas de los árboles no puede ser más intensa que la que no está filtrada y la luz reflejada en zonas oscuras (como paredes de cuevas o sombras proyectadas por objetos) nunca puede ser de igual calidad que la luz directa…Estas son algunas de las incongruencias que se pueden dar muy frecuentemente en la edición de la fotografía de naturaleza, producto de olvidar el complejo equilibrio que se observó, y crear una quimera con el abuso de la herramienta virtual.
La sutilidad al presentar la luz en la fotografía, huyendo de los excesos del procesado, es sin duda el éxito de una imagen. Es importante mantener la relación causa-efecto, la congruencia de las sombras, la delicadeza de los reflejos… No se puede someter a la luz a bucles inconsecuentes, ni forzarla hacia límites absurdos, sin romper la armonía de la fotografía.
No debemos imponer a la luz otra norma que no sea la luz lógica, la natural…
BRILLANTE la reflexión de Daniel Montero y que en mi caso me ha dado qué pensar. Muy garadecido
Si… Como dice Koldo, BRILLANTE!
Me ha parecido una lectura interesante, didáctica y acompañada de unas fotografías que ponen de manifiesto la belleza de la luz, esa luz que asoma para nosotros diciendo: No me cambieis, no me adultereis…. SOY BELLA COMO ME MUESTRO y a quien ilumino lo agradece de tal forma que posa con la gracia de la belleza natural que sin duda es la más auténtica e impactante. Ya el maestro Leonardo hablaba de la luz, de su importancia básica y posteriormente los pintores paisajistas también la estudiaron para plasmarla en sus lienzos de la manera más real posible, pero nosotros tenemos, mediante la fotografía, una facilidad añadida: Solo hemos de inmortalizarla en nuestro sensor y mostrarla al mundo… Como bien dices… No la transformemos en algo ficticio que, por supuesto, pierde todo su encanto y magia. Busquémosla y atrapémosla!
Gracias Daniel! Me ha gustado mucho
Muy interesante tu aportación Daniel! saludos y gracias
Muy interesantes estas líneas Daniel, después de todo fotografiar es escribir con la luz, pero como bien dices con la luz lógica, la luz natural.
Totalmente de acuerdo: la luz tiene que producir algo, sin ella no hay fotografía.
Saludos
No puedo estar más de acuerdo, Daniel.