¿ Dónde acabarán nuestros archivos fotográficos?
¿ Dónde acabarán nuestros archivos fotográficos?
Escuchaba recientemente una entrevista en la radio al autor de un libro sobre El Rastro de Madrid y decía que las fotografías antiguas son de los objetos más cuantiosos que se pueden encontrar en El Rastro y daba su porqué: “nadie tira a la basura a sus seres queridos”.
Esto era probablemente cierto durante los casi dos siglos en que la fotografía era un objeto de papel, que se guardaba como un tesoro en una caja de zapatos a modo de álbum familiar, que encerraba los recuerdos y nadie quiere enterrar los recuerdos familiares.
Con la obra de los “fotógrafos autores” sucede lo mismo cuando estos desaparecen. Los descendientes se preocupaban de dar “acogida” digna a la obra de su familiar fallecido; donación a fototecas, fundaciones, museos…Sin duda los fotógrafos más célebres, lo tienen más fácil para ser acogidos.
Y algo ha cambiado hoy en día.
Recientemente falleció un amigo mío, fotógrafo que dedicó media vida a su pasión: “expresarse mediante fotografías”. Algunos amigos enseguida nos interesamos por custodiar su archivo, pero la cosa se complicó porque ya las fotografías están en discos duros de ordenadores, son imágenes digitales, y “corazón que no ve…”. El caso es que su archivo desapareció o al menos la familia no mostró ningún interés por conservarlo.
Si hubieran sido fotografías en papel, y porqué no decirlo, si su legado tuviera interés económico por ser un artista de renombre, probablemente no se hubieran desecho de ellas tan fácilmente, les hubiera resultado mucho más doloroso, sin duda.
Los que ya peinamos canas, y en general, todos los fotógrafos que tenemos un cierto aprecio a nuestra obra, y que somos conscientes del escaso valor económico de la misma, deberíamos ir pensando en nombrar un albacea de nuestro archivo digital para que no se repita la dolorosa e injusta historia de mi amigo.
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Muy interesante la reflexión Koldo. Un abrazo