Iker Aizkorbe – Blog de Portfolio Natural https://portfolionatural.com/blog Fotografía de Naturaleza de Autor Wed, 26 Jul 2023 19:32:29 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.1.1 UNA PAGINA DE LA HISTORIA https://portfolionatural.com/blog/reflexiones/una-pagina-de-la-historia https://portfolionatural.com/blog/reflexiones/una-pagina-de-la-historia#respond Sat, 15 Jul 2023 19:26:51 +0000 https://portfolionatural.com/blog/?p=5626 Sigue leyendo ]]> Libros y libros se han escrito sobre la creación y sobre la vida, pero no existe mejor libro que el que la propia naturaleza narra con el paso de los tiempos. Eras y eras escritas para que nosotros, que solo somos un microsegundo para lo que es toda la historia, podamos leer y deleitarnos entre sus páginas. Páginas de un libro que con el tiempo se han ido petrificando, como queriendo mantenerse indestructibles y contarnos qué fue de cada era pasada.

Un metro cuadrado escaso y una sola página bastaron para atraparme como si allí estuviesen escritas las frases claves de la historia. Frases llenas de color y de textura que me empujaban a releer y reinterpretar lo que algún día allí quedó escrito.

¿Cuántos metros cuadrados habrá en el mundo? Tantos como páginas escritas por la historia.

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De colega de clase a inspiración https://portfolionatural.com/blog/inspiracion/de-companero-de-clase-a-inspiracion https://portfolionatural.com/blog/inspiracion/de-companero-de-clase-a-inspiracion#comments Fri, 25 Feb 2022 19:52:35 +0000 http://portfolionatural.com/blog/?p=5180 Sigue leyendo ]]> Cuando empiezas en este mundo de la fotografía, es como cuando empiezas a ir al colegio. Eres alguien, pero a su vez nadie, que en compañía de otros como tú, vas aprendiendo cosas según van pasando los años.

Los profesores, o vamos a decir centrándonos en el campo, los grandes fotógrafos, los que ya conocen la materia desde hace mucho tiempo, enseñan sus trabajos y se convierten en personas a las que algún día quieres alcanzar. Su conocimiento y sus resultados, por el momento inalcanzables, van marcando en ti un camino a seguir donde ensayo y error se convierten en algo cotidiano mientras vas hilando para alcanzar la meta.

Y miras al rededor y ves que, como tú, otros alumnos de clase, también se suben a lomos de ese caballo que intenta llevarte al destino marcado. Todos quieren aprender, y todos tropiezan (que no hay mejor aprendizaje que un tropiezo) mientras cabalgan, recaudando poco a poco conocimientos que irán agrandando su valía.

En aquél entonces, recuerdo a un compañero de clase, Obikani, que por el trabajo que mostraba, tenía marcado más o menos un camino similar al que yo quería seguir. Su fotografía, como la mía, mostraba paisajes que documentaban la riqueza del entorno que nos rodea. Un entorno rico por su diversidad y su belleza que facilitaba el bonito resultado de una foto.

Pero los años pasaban y los cursos eran cada vez más complejos. Algunos alumnos se quedaban en el camino, conformes con sus conocimientos y contentos con los resultados obtenidos, y otros, queriendo evolucionar más, indagaban y trabajaban más a fondo sus resultados, sin olvidar en ningún momento aquellas imágenes que, desde que comenzó a estudiar, le empujaron a querer llegar hasta la meta.

Esa evolución y ese querer mostrarse más a uno mismo, llevaron a Obikani a un grado superior. Dejó de ser ese aprendiz de primaria y se convirtió en InakiBo, ya más centrado en sí mismo y con un trabajo que ya empezaba a caracterizarle. Era ese compañero de clase que empezó a destacar por sí mismo y al que, por esa capacidad que mostraba, le empecé a tener cierta envidia (de la buena) ya que quise, en muchas ocasiones, poder llegar a hacer esas cositas que él hacía. Esas luces, esas composiciones, esa continuidad en el trabajo, estaban empezando a dar sus frutos. De hecho, esta foto que muestro a continuación la tomo a escasos cinco metros de mí. Una foto con una potente composición y una intención bien marcada que le llevó al reconocimiento en uno de los concursos de fotografía internacionales más famosos a nivel mundial, el Glanzlichter 2019.

Y como otras muchas cosas que pasan en la vida, a un vago estudiante como yo, me tocó repetir curso. Era la no constancia (o la imposibilidad de la misma) las que me llevaron a ello. Aún con esas, con los conocimientos que hasta entonces tenía recaudados, he seguido fotografiando siempre que he podido, mientras de reojo miraba a ese compañero de clase que, ahora en un grado superior fue acompañándome en mi camino.

Ahora es él, Iñaki Bolumburu, con nombre propio y sin motes, el que muestra unos trabajos que son envidiables por muchos de los que le rodean. Creo que se ha convertido en alguien que, como cuando empezamos a estudiar, tomamos como meta a alcanzar. Ya muestra trabajos de autor, con sello propio, muy bien elaborados y ejecutados que, para muchos aprendices, pero también para ese compañero de clase que ha seguido cada uno de sus pasos, se ha convertido en un gran referente.

Los que le conocéis sabéis de lo que hablo, de su evolución y de su trabajo.

Y los que no le conocéis…

http://www.inakibolumburu.com

 

 

 

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CABALLITO DE MAR https://portfolionatural.com/blog/historia-de-una-fotografia/caballito-de-mar https://portfolionatural.com/blog/historia-de-una-fotografia/caballito-de-mar#comments Mon, 02 Jul 2018 09:44:13 +0000 http://portfolionatural.com/blog/?p=3789 Sigue leyendo ]]> Era una de esas tardes que uno tiene libre y aprovecha para salir a fotografiar. Vistas las condiciones climatológicas, nubes y claros, y revisadas las mareas, decidí acercarme a la costa en busca de un atardecer más.

Aparcado ya el coche, y mirando al cielo, si era verdad que había nubes y claros, y que las previsiones se estaban cumpliendo, pero no se trataba de un cielo de esos que a mi personalmente me atraigan mucho. No eran nubes “con personalidad”, eran nubes, sin más. De todas formas, y ya que uno no dispone de todo el tiempo del mundo para salir a fotografiar cuando le plazca, decidí bajar a la orilla del mar y entretenerme entre ola y ola con lo que el atardecer me fuese ofreciendo.

No sé si por lo desmotivado que me dejó aquel cielo al que no le veía “punch” o por qué, pero no estaba yo del todo suelto como en otras ocasiones. De todas formas, mirando al suelo, sí que veía cierto atractivo en aquel contraste que ofrecía el fluir de la espuma sobre la oscura arena que caracteriza a esta playa. Decidí que esas estelas de espuma fueran las lineas que me adentrarían a la foto, pero… ¿qué foto? Seguía sin ver algo que completara la entrada a la imagen que daba aquel primer plano.

Esperando a que el sol cayera sobre el horizonte y me diera algo que redondeara la escena, fui variando el primer plano, buscando diferentes sitios con más o menos cantos rodados y jugando con los diferentes dibujos que las estelas iban creando. Y en una de estas, y sin que uno pudiese creer lo que estaba viendo en la pantalla de la cámara, se reveló lo que aquel atardecer parecía estar diciéndome todo el rato, “olvídate del cielo y céntrate en lo que tienes a tus pies”.

Allí aparecieron sus crines blancas y piel dorada, que más que la entrada como primer plano a la foto total, con cielo y nubes, pedían ser, solo ellas, el motivo de la foto. Y así sería. Repetí la misma foto otro par de veces, hasta que el ir y venir de las olas varió la posición de los cantos y desdibujo aquel caballito de mar.

El atardecer no fue especial en lo que a luces se refiere, pero sí que pude obtener una foto difícilmente repetible…

 

LOCALIZACIÓN: Azkorri (Vizcaya)

EQUIPO: Nikon D300s, Tokina 11-16 f/2.8.

EXIF: f/20, 2 seg., ISO 200, WB 8330K

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