Era una de esas tardes que uno tiene libre y aprovecha para salir a fotografiar. Vistas las condiciones climatológicas, nubes y claros, y revisadas las mareas, decidí acercarme a la costa en busca de un atardecer más.
Aparcado ya el coche, y mirando al cielo, si era verdad que había nubes y claros, y que las previsiones se estaban cumpliendo, pero no se trataba de un cielo de esos que a mi personalmente me atraigan mucho. No eran nubes “con personalidad”, eran nubes, sin más. De todas formas, y ya que uno no dispone de todo el tiempo del mundo para salir a fotografiar cuando le plazca, decidí bajar a la orilla del mar y entretenerme entre ola y ola con lo que el atardecer me fuese ofreciendo.
No sé si por lo desmotivado que me dejó aquel cielo al que no le veía “punch” o por qué, pero no estaba yo del todo suelto como en otras ocasiones. De todas formas, mirando al suelo, sí que veía cierto atractivo en aquel contraste que ofrecía el fluir de la espuma sobre la oscura arena que caracteriza a esta playa. Decidí que esas estelas de espuma fueran las lineas que me adentrarían a la foto, pero… ¿qué foto? Seguía sin ver algo que completara la entrada a la imagen que daba aquel primer plano.
Esperando a que el sol cayera sobre el horizonte y me diera algo que redondeara la escena, fui variando el primer plano, buscando diferentes sitios con más o menos cantos rodados y jugando con los diferentes dibujos que las estelas iban creando. Y en una de estas, y sin que uno pudiese creer lo que estaba viendo en la pantalla de la cámara, se reveló lo que aquel atardecer parecía estar diciéndome todo el rato, “olvídate del cielo y céntrate en lo que tienes a tus pies”.
Allí aparecieron sus crines blancas y piel dorada, que más que la entrada como primer plano a la foto total, con cielo y nubes, pedían ser, solo ellas, el motivo de la foto. Y así sería. Repetí la misma foto otro par de veces, hasta que el ir y venir de las olas varió la posición de los cantos y desdibujo aquel caballito de mar.
El atardecer no fue especial en lo que a luces se refiere, pero sí que pude obtener una foto difícilmente repetible…
LOCALIZACIÓN: Azkorri (Vizcaya)
EQUIPO: Nikon D300s, Tokina 11-16 f/2.8.
EXIF: f/20, 2 seg., ISO 200, WB 8330K
Bonita la foto yla histria que hay detras de ella. Un abrazo
Una bonita historia con un resultado final precioso. Una demostración de que si se tiene pasión y, por supuesto, arte se pueden obtener maravillosos resultados……a pesar de no ser la idea inicial. Un saludo y gracias por la entrada
Pos veranos es lo que tienen….cielos muy despejados que no dicen, pero un buen fotógrafo siempre saca partido…..enhorabuena por la imagen.