Siempre decimos que, en la fotografía de fauna, la fortuna es un factor fundamental. Bien es cierto que hay determinados comportamientos animales que se pueden inducir para maximizar las opciones de fotografiar un animal salvaje, pero también es cierto que nadie puede garantizar al 100% que ese animal con el que estás trabajando se vaya a presentar cuando tú quieres, cuando las condiciones especiales de luz, entorno, etc. sean como las has imaginado o como has intentado que fuesen estas condiciones.
Es por ello por lo que ya sea en una sesión de hide, o en un paseo por el campo, si surge la oportunidad, me aplico mentalmente un mantra….”tengo que exprimir la oportunidad (*) ”…Y esto quiere decir que teniendo en cuenta el entorno en el que me encuentro y el material que llevo en la mochila, trato de hacer un recorrido por todas las opciones y combinaciones que dicho material me posibilita, antes de que el animal desaparezca del encuadre. Y si bien es cierto que por ejemplo en macrofotografía, es más sencillo poder “exprimir la oportunidad”, en la fotografía de grandes animales todo se complica pues sus comportamientos son mucho más imprevisibles y fugaces.
Quisiera compartir con vosotros un ejemplo real…
Cuando el reloj despertador sonó a las 4:30 am y abrí los ojos…me los froté unas cuantas veces para comprobar que efectivamente…estaba en Kenya…y en menos de 30 minutos…estaríamos recorriendo el Maasai Mara en busca de esas escenas que tantas veces había imaginado que algún día podría fotografiar. En la mochila, un par de cuerpos de cámara, objetivos actuales y “vintage”, pero, sobre todo, diferentes cachivaches (espejos, cartulinas de colores, papel de aluminio, etc.) para exprimir la oportunidad si ésta se presentaba.
Y se presentó. No habrían pasado ni diez minutos desde que salimos del Camp, cuando el guía identificó en la noche un grupo de jirafas que estaban pernoctando a poco más de 300 metros de dónde nosotros nos encontrábamos. La verdad es que su figura se confundía con el fondo, por lo que le pedimos que nos condujese hasta otro punto, en el que podíamos adivinar que según el cielo se comenzase a iluminar, la escena sería posiblemente épica.
En la cabeza…el mantra…” exprimir la oportunidad”. Plan, comenzar con fotografías documentales por si las jirafas se iban, cambiando de lentes (angular para recoger ambiente y teleobjetivo para concentrar la mirada en algún punto concreto) y de cachivaches frente a la lente.
Con el 24-105 montado, ésta fue la primera fotografía de la serie:
Eran exactamente las 4:59 de la mañana. Y las jirafas…de allí no se movían. Pues podemos seguir “exprimiendo la oportunidad”.
Mientras el sol poco a poco inundaba el horizonte con su luz, con ese objetivo montado, no paraba de hacer fotografías tanto en horizontal como en vertical, en las diferentes distancias focales que el objetivo me permitía, y con todos los encuadres que me parecía que podrían funcionar estéticamente, teniendo en cuenta que, en los próximos minutos, lo que podría hacer, como mucho, serían siluetas.
Modifiqué el modo de encuadre de la cámara a formato 16:9 y continué con la misma rutina: Horizontal, vertical, el cielo ocupando la mayor parte del espacio, solo dos tercios, la mitad, solo un tercio, etc…fotografías como ésta:
Eran las 5:05 am.
Una vez que había explotado al máximo las opciones de encuadre que en mi opinión me aportaba la escena (llevaba 24 fotografías diferentes en ese momento)…cachivaches. Con un cielo tan espectacular como el de ese amanecer…a tirar de espejo, para meter luces en las partes oscuras de la imagen:
Ummm….y por qué no inventarme un lago con el espejo…
Las 5:10 am. La Nikon echaba humo.
De repente, las jirafas se pusieron en marcha. Cambio de objetivo. A por el 70-200 mm y vuelta a empezar: Vertical, horizontal, 16:9, con espejo, arriba…a exprimir la oportunidad de nuevo.
Y así…hasta que las jirafas desaparecieron de nuevo por el horizonte. Eran las 5:23 am. 135 fotografías. Todas ellas con alguna ligera variación sobre la anterior, pero siguiendo en todas el mismo esquema mental que me permitiese “exprimir la oportunidad” y no desperdiciar el momento.
(*) Exprimir la oportunidad, desde el máximo respeto posible al animal. Evitando cualquier comportamiento que pudiese estresar al animal y ponerle en riesgo.
(i) “Una noche más”. Mención de Honor en Montphoto 2023.
(ii) “Cuentos de Africa” Mención de Honor Memorial María Luisa 2023.