Es por todos los fotógrafos sabido, y hasta me atrevería a decir que no sólo por los de naturaleza, que la perseverancia, la paciencia, prestar atención a cuando se pueden dar las mejores condiciones para una imagen perseguida en el tiempo, así como el uso de aplicaciones que el conocimiento de la tecnología actual nos aporta, son las herramientas de las que nos servimos. Y es sólo a partir de ese preciso momento en el cual la Naturaleza entra en juego.
Entre las siguientes imágenes y la que servirá para cerrar este escrito hay algunos años de diferencia.
Mismo lugar, diferentes encuadres eso sí, misma época del año y hasta diré que las mismas ganas o más porque se obre la magia natural.
La luz de esta imagen se puede decir que es suave y difusa, el color y el tono de una agradable sensación cálida en contrapunto con lo que se supone que se debe sentir a primera hora de la mañana en el mes de Noviembre por tierras del interior de España.
De la siguiente imagen me llamaron la atención las diferencias en la inclinación de los troncos del primer plano frente a los del fondo, y sobre todo la marca que presentaban estos primeros de hasta donde había llegado el agua meses atrás. Eso nos dió la pista de que posiblemente más adelante habría agua en el lugar.
Seguían pasando los años y no terminábamos de encontrar lo que íbamos buscando. La Madre Naturaleza no estaba por la alianza. Varias fueron las visitas durante ese otoño y el siguiente…nada de nada. Unas veces los elementos estaban «fuera de sitio», otras el otoño era flojo.
No fue hasta el otoño de 2015 cuando todos los astros se alinearon, una inversión térmica sobre la Península Ibérica hizo que una de las premisas casi estuviese garantizada. De todos modos, y aún así, de camino en coche hasta la localización recuerdo que iba rumiando y comentando «me da que cuando lleguemos no estará allí, ya vereis, será como todos los años…».
Al llegar al sitio, quien tanto tiempo nos venía negando su magia natural, nos la entregó, y de qué manera!
Aún tengo muy fresco en mi memoria aquella casi hora y media que duró la sesión y nos permitió sacar una hermosa serie de imégenes en este, ahora sí, mágico lugar.
Por eso soy de los convencidos que no es suficiente con vistitar un lugar una vez y esperar que todo sea perfecto, que con hacer una marca al mapa de localizaciones aduciendo aquí ya he estado sea bastante. La perseverancia y por qué no aplicar aquí el dicho de «quien la sigue, la consigue», es y siempre será mi latemotif.
Soy un novato en este campo de la fotografía pero creo que tienes toda la razón.
Excelente trabajo.
Gracias por tus palabras, Juan Carlos!
Enhorabuena David!
El artículo y el mensaje soy muy buenos. Soy de los que pienso igual que tú. La foto no está solo en el lugar, también está en el momento, y para que fotografiemos ambos alineados la mayoría de las veces toca volver una y otra vez.
Esa foto es pura canela en rama!
Muchas gracias por tus palabras, Iker!
Me alegra que coincidamos en eso.
Ya sabes que tengo marcado más de un sitio por «allí arriba» donde hay que volver una y otra vez hasta conseguir «canela en rama».
Un abrazo!