Llegando esta época, a casi finales del invierno y como antesala de la floración primaveral, las tierras litorales y pedregosas del sureste peninsular se ven salpicadas de pinceladas del rosa descarado de las fugaces Fagonias.
Concluido este periodo de floración, desde mediados de febrero a comienzos de marzo, las matas de las Fagonias pierden su color clorofila, vistiéndose entonces de un intenso y oscuro rojo amoratado.
Las Fagonias no son fáciles de flortografiar, es necesario dar muchas vueltas a su alrededor para que muestren sus encantos, esos que ofrecen solo cuando los ofrecen.
El duro atractivo de las Fagonias es una belleza difícil de alcanzar y que requiere paciencia y tiempo, dejando perder ese tiempo en su contemplación………
Conjuntamente con las Fagonias comienzan a despuntar las flores de las matas turmeras (Helyanthemum almeriense) y algunas especies de Gamonitas (Asphodelus ayardii y Asphodelus fistulosus)
Estos blancos de las flores de los Helianthemun y de los Asfodelos rozan la sutileza de lo más bello en la expresión de su sencillez.
Son blancos dulces que se desvanecen en tenues rosas, amarillos, verdes y azules………y hay que aprender a mirar, con paciencia y siempre sin tiempo en el recreo contemplativo de sus vapores húmedos, de sus encantos escondidos en la intimidad de su recogimiento y que solo mostrarán en el momento más adecuado de su emoción más álgida…..…….
Román Díaz de Carballo
Lorca 8 de Marzo de 2018
Me encanta cómo explicas la «ronda amorosa» en la que el tiempo no cuenta, en la que el admirador espera de forma contemplativa a que la flor de abra, observe a su vez y dé toda su belleza al observador. Es el triunfo del bien y del amor.