Hace unos días me propuse poner en orden el material fotográfico que tenia en analógico y me trajo el recuerdo de muchos momentos y vivencias, añoranzas de una época que se han conservado en el recuerdo, imágenes que con mucho cariño guardo como si fuesen un tesoro.
Pero hay una fotografía que siempre me ha acompañado y siempre tengo en el recuerdo, una fotografía que me abrió las puertas a caminos de sueños, emociones, sentimientos y recuerdos. No es una fotografía de naturaleza pero tiene mucho que ver con el camino que he ido recorriendo en la búsqueda de esa fotografía que me siga emocionando y me siga dando fuerzas para seguir madrugando, pasando frio, llenarme de barro y un sinfín de pequeñas torturas solo por el placer de disfrutar de la fotografía. Era una premisa por aquel entonces y lo sigue siendo ahora.
Aún recuerdo montado en mi bicicleta , la cámara colgando (por aquel entonces tenia una MINOLTA X-300S con un objetivo 28-70mm) camino a fotografiar una maquina antigua, abandonada en mitad de un campo, cercana a un polígono lleno de vida. Hay estaba esa vieja maquina ignorada y maltratada por el trascurrir del tiempo.
Yo por aquel entonces todas las fotografías las hacia en blanco y negro y si podía las ampliaba y revelaba en casa (aunque no siempre ya que el dinero llegaba donde llegaba) en aquel momento tenia 18 añitos hace mas de 20 años(como pasa el tiempo)
Cuando llegue al lugar empecé a observar esa vieja apisonadora y empecé a dar vueltas alrededor de ese amasijo de hierro mientras pensaba en el abandono, la muerte, la soledad, la tristeza…. ¿Como trasmitir esas emociones? Mientras las dudas me corrompían por dentro realice algunas imágenes. Al cabo de un rato empecé a experimentar con el movimiento y la baja obturación y la búsqueda de ese movimiento que representaba la vida en contraposición a esa enorme maquina inerte y abandonada. Era la primera vez que trabajaba el movimiento y estuve realizando imágenes con diferentes velocidades y diafragmas. Ese día descubrí la importancia de la fotografía en mi vida y la necesidad de trasmitir esas emociones mediante esta disciplina artística.
Con esta fotografía recibí mi primer premio fotográfico y estuvo expuesta en Zaragoza, su titulo era “Maquina muerta tu sueño es vivir”.
Hoy en día ya no me motivan las maquinas ya que he encontrado en la naturaleza mi musa particular pero sigo buscando mi camino. Un camino apasionado y lleno de contradicciones y pensamientos y en donde en algún lugar danzan dos flores mecidas por el viento.