Cuando por el año 1839 se hace la presentación de la fotografía como invento, revoluciona la vida social de tal manera que ya nada será igual desde entonces. Inicialmente la mayoría de las formas de tecnología visual se desarrollaron en Blanco y negro y fueron evolucionando paulatinamente hasta que llegaron las primeras pruebas a color a principios del siglo XX.
El «color» es lo más parecido y representativo a la realidad de nuestro entorno y la primera reacción es realizar una escena con la belleza de todos sus colores, mientras que el blanco y negro es una abstracción que nos muestra la realidad de una manera distinta.
El blanco y negro tiene la gran atracción de imprimir una fuerza y un dramatismo a la escena que el color no posee, creando un mundo nostálgico y sentimental que seguramente de otra forma se perdería. Otra de las gratificaciones es que el uso del blanco y negro en sus diferentes disciplinas fotográficas, es algo que nos cautiva de tal forma que ningún fotógrafo puede dejar de intentar realizar.
Plasmar en blanco y negro una escena de naturaleza con toda la gama de colores que esta tiene, para muchos puede resultar una osadía y un sacrilegio. Sin embargo para aquellos que se atrevan a realizarla puede resultar muy gratificante viendo los resultados. Un paisaje en blanco y negro tiene otro grado de impacto, una fuerza brutal increíble, para comprobarlo, no hay más que observar las imágenes que nos ha dejado Ansel Adams.
Para que una fotografía en blanco y negro se considere relativamente buena, debe entrar en lo que se conoce como sistema de zonas, que a grandes rasgos consiste, en que la fotografía tenga toda la gama de grises, desde el blanco hasta el negro. El sistema de zonas es una técnica de blanco y negro diseñada por Ansel Adams, padre de la fotografía de paisaje en B/N, y que luchó durante toda su vida por defender y proteger la naturaleza.
Últimamente con la fotografía digital a color asentada de forma casi omnipresente en la sociedad actual, estamos asistiendo a una especie de resurgimiento de la fotografía en blanco y negro, (Michael Kenna, Michael Levin, John Beardsworth Alejandro Martínez, etc.) sobre todo porque el hecho de la ausencia de color en una fotografía, nos permite concentrarnos más en la esencia de las formas y en la realidad de lo fotografiado, abstrayéndonos de todo lo demás.
Ahora el reto es buscar nuestro propio estilo.
Animo y buenas luces
Luis Llavori
Muy interesante Luis todo lo que comentas del blanco y negro. Estoy de acuerdo en la fuerza especial que imprime una imagen de escala de grises y, desde luego es todo un reto para cualquier fotógrafo de naturaleza. «Pensar» en blanco y negro antes de fotografiar también nos ayuda a comprender esa escala de grises y a buscar un «gris medio» para poder realizar una exposición adecuada.
Gracias por recordarnos la importancia que tiene!
El «gran arte» del minimalismo… El B/N no miente, no endulcora. Lo que hay es lo que es, y … si está bien captado el sujeto, si el momento tiene latido propio, el B/N lo eleva al 100%.
Es el lenguaje purista y tanto es así que una fotografía en B/N, como muy bien dices Luis, aporta la fuerza y , según el caso, el dramatismo de manera inimitable, sin olvidar además que este tipo de fotografías se vuelven atemporales pues contienen la fascinación de «lo clásico», «lo sobrio».
Pintar con luz en B/N no es sencillo… Y si bien la luz es multicolor para nosotros (gracias a unas retinas privilegiadas…) una bien revelada escala de grises es verdaderamente un lujo para la mirada del espectador.
Gracias Luis por tu artículo, muy interesante y que a mi me ha vuelto a refrescar algunos fotógrafos que me inspiran y me ponen cara de galleta Maria.
Por cierto… Tu fotografía me ha llevado al cuento de Alí Babá con esa pared rocosa que bien podría ser la entrada secreta a un mundo de tesoros y fantasía…
Al leer tu post, Luis, no he podido dejar de sentir nostalgia por aquellos inicios míos entre luces rojas, reveladores, ampliadora… ¡ aquello si que tenía mérito !