Esta es mi primera publicación en el blog de Portfolio Natural y la quiero dedicar a una de las modalidades de la fotografía de Naturaleza que mas me apasionan, la aérea.
No es ni mejor ni peor que otras disciplinas pero si requiere de cierta técnica e implica un riesgo, controlado pero existente que en la mayoría de las otras no esta presente.
Voy a explicar en dos bloques estas afirmaciones, primero sobre la técnica y después sobre el riesgo.
Cuando empecé en serio en la fotografía de Naturaleza ya había volado, fue primero la gallina que el huevo en esta ocasión y lo había hecho en avión, helicóptero y globo aunque solo pude inmortalizar algunos momentos desde este último medio y con una cámara compacta digital de las primeras que aparecieron, con poca calidad óptica y muy limitada técnicamente pero me sirvió para tener un primer contacto con lo que después seria una gran pasión.Cuando preparo una sesión, lo primero que debo tener claro es dónde quiero volar y qué resultados busco, esto determinará el equipo que cargaré y el medio de transporte que tendré que buscar, normalmente una avioneta por precio y maniobrabilidad pero nunca es descartable un ultraligero si no hay disponibilidad de avionetas en los aeródromos cercanos, incluso un globo puede valer, aunque este es muy limitado para la fotografía ya que depende de vientos, térmicas y no es muy aconsejable si volamos cerca del mar ya que seria de difícil rescate en caso de que las condiciones atmosféricas no fueran muy favorables.
El equipo suele constar de cámara reflex y dos objetivos, un 24-70mm y un tele corto como un 70-200mm, dos tarjetas de memoria de alta velocidad, una batería adicional y un filtro polarizador si vamos a volar en zonas donde pueda haber la posibilidad de reflejos provocados por el agua como deltas, marismas o rios.
A partir de este momento ya estamos en condiciones de poder iniciar la sesión, dependiendo de si hay sujetos móviles suelo utilizar el disparo en ráfaga y el modo de enfoque en AI Servo, de ahí que lleve siempre una segunda batería ya que esta configuración las devora literalmente.
También es imprescindible disponer de mucha luz para poder disparar con una velocidad suficiente para evitar trepidaciones, fallo muy común en los que vuelan por primera vez ya que no es lo mismo estar pie a tierra que estar disparando a unos 120 kms/h mínimo y que objetivo y cámara tenga que vencer la resistencia aerodinámica ya que sobresaldrán de la cabina con la complicación adicional que esto conlleva pero que garantiza una calidad óptima ya que no habrá cristal que pueda restar nitidez o distorsionar nuestra fotografía final.
Un dato importante es saber si nuestro cuerpo esta preparado para lo que va a venir ya que las pequeñas avionetas, las mejores para fotografía aérea, se mueven mucho y son proclives a «sufrir» cambios en trayectoria y altitud provocados por las térmicas y el viento. Esto que parece obvio no lo es tanto y no todos reaccionamos de la misma forma a los fenómenos antes descritos, algo que puede provocar que en vez de disfrutar de esa sesión, la suframos…
Y finalmente uno de los ingredientes mas importantes, el piloto, de él va a depender en gran medida el éxito o el fracaso de nuestra salida, de como maneje el aparato, de las horas de vuelo que lleve, del conocimiento de la zona que tenga, etc sino recordad que uno de los mitos de la Fotografía de Naturaleza, Galen Rowell, falleció posiblemente por culpa de un piloto que apenas llevaba 50 horas de vuelo acumuladas…
Detrás de grandes trabajos como el tuyo, Pera, siempre hay especialización. Enhorabuena por tus fotos
Eso mismo me ha dado la idea de hacer el post Koldo, ojalá hubiera podido leer uno antes de mi primer vuelo fotográfico, aunque fuera con pinceladas 😉
Gracias!
Felicidades por tus fotos de naturaleza
Cuando quieras estás invitado a volar por el Emporda con mi ultralijero Aeroprak A22, que seguro consigues unas tomas del cap de creus y las Medas nunca vistas!!!
El aerodromo de partida es el de Viladamat.
Y es gratis para ti, por supuesto
Muchas gracias Andreu, celebro que te gusten :-))
Te respondo por privado.
Saludos
Puedo imaginar la dificultad de hacer este tipo de imágenes. Nunca he subido en una avioneta o helicóptero para hacer este tipo de fotos, pero si puedo imaginar el movimiento, el cambio brusco continuo y la «desesperación» que se puede alcanzar si no se consigue encuadrar lo que se está viendo (por no decir nada del mareo asociado). Pero cuando se ven resultados como los tuyos, donde todo está equilibrado pausadamente, medido hasta generar una pieza de arte, parece que no había este tipo de problemas y planeabas con alas y voluntad propias hasta donde querías. Un abrazo
Creo que uno de los secretos o mejor dicho, el gran secreto es estar tranquilo, olvidarte que vuelas y disfrutar de las vistas, lo demás viene solo Dani, aunque nadie es ajeno a la frustación de tener una buena toma trepidada o desenfocada, es parte del juego 😉
Y como ya digo, el piloto influye en un gran porcentaje en el éxito de la toma.
Un abrazo