Siguiendo con esta serie de entradas en el blog de Fotografía de Paisaje con Teleobjetivo, os voy a mostrar otro escenario y os voy a explicar lo que a mí me llamó la atención y porqué. Entramos ya aquí en un campo mas complejo, cómo es el de las pareidolias. Se llama pareidolia al efecto psicológico de que una imagen mas o menos vaga nos sugiera una forma reconocible.
Por eso si queréis (si no estáis acostumbrados) podéis jugar un poco a dónde está Wally, tratando de encontrar sobre la toma general dónde se encuentran los detalles que os muestro en las fotografías siguientes de esta entrada.
Seguimos con otro escenario famoso de Canadá, la famosa catarata Sunwapta, también perteneciente al Jasper NP:
Viendo esta típica foto, lo normal sería decir: ya la tengo, me puedo ir a otro lado …. Eh!, espera un poco … porqué no disfrutas un poco más y empiezas a escudriñar qué zonas pueden tenernos reservados mensajes secretos o mágicos. Párate y observa la escena.
Empecemos por lo mas obvio, fuera del bosque lo qué llama más la atención es el núcleo central de la cascada … pues empecemos por ahí, vamos a usar una focal de 100 mm:
Buff, la cosa ha cambiado, ahora un mundo de fantasía se nos ofrece a la vista
Vamos a emplear un poco de más de focal, vamos a subirla a 140 mm a ver que nos encontramos.
Esta composición cierra mas el encuadre y ahora hay que echar la imaginación a volar … No os llama algo la atención en la parte superior de la imagen … fijaros bien … un personaje de una serie de películas de ciencia ficción de terror muy conocida viene a visitarnos … BINGO … El alien nos visita!. Incluso se podría adivinar un animal en primer plano (que vemos de espaldas) mirando hacia el alien.
Pero es que además, si seguimos fijándonos, podemos observar algo más.
Hay mas figuras reconocibles en la escena que nos pueden sugerir algún escenario diferente. Si nos fijamos en esta zona baja de la cascada, parece distinguirse la cara de un guerrero indio (a la derecha, nariz con nieve) que mira como su caballo (izquierda, orejas y morro nevado reconocibles) se lava o juega en la cascada de agua. Es otro ejemplo de pareidolia (en este caso por partida doble ! ).
Volviendo de nuevo justo al centro de la foto primera (la general), vi una forma que me sugería algo, así que utilicé mas focal, en este caso 270 mm, y me centré en ella. Y esto es lo que surgió:
Dando rienda suelta a mi imaginación, me transportó al cuento de las 1.001 una noches… una princesa árabe con su velo sobre la cara congelada parecía que quería contarme alguna historia. Aquí en esta foto he jugado además a emplear un balance de blancos un poco mas frío para dar una sensación mayor de ambiente gélido. El detalle de los churretones congelados se asemejan a una decoración de bolillos y encaje.
Pero recordar también que hay que jugar con las orientaciones de la cámara. Esta misma foto con orientación para retrato y cambiando un poco el encuadre es también muy válida. Si la foto anterior daba la impresión de que nuestra princesa era un mero espectador pasivo o melancólico, en esta foto el papel cambia. Ahora al reconocer bien los chorros de la cascada que van hacia ella, nos está dando mas información de cómo se ha formado y de su fragilidad.
Y así llegamos al final de esta tercera entrega. Si he conseguido despertar, aunque sólo sea un poco, vuestra curiosidad me doy por bien pagado. Animaros a usar el teleobjetivo en el paisaje, al principio puede costar un poco a quien no tenga mucha experiencia en localizar qué zonas son interesantes … pero el resultado al final os será muy gratificante.
Que la magia de las montañas, los bosques y los lagos os hable y os susurre al oído sus historias. Un saludo y hasta la próxima entrega.
Juan Zas Espinosa
Hola Juan, me ha gustado mucho tu aportación en el uso del objetivo, gracias
Muchas gracias Luis, me alegro que te haya gustado. Un abrazo.