La mirada personal

Cada día se realizan millones de fotografías en el mundo. Su finalidad es muy diversa, pero todas tienen algo en común: sus autores desean captar la atención de alguien. Sin embargo, la creciente avalancha de estímulos visuales que nos rodea hace que alcanzar este objetivo sea cada vez más difícil. Hay que tener en cuenta que una imagen despierta el interés del espectador cuando activa en su cerebro un recuerdo que lleva asociada una emoción. Los recuerdos que tiene cada persona son únicos e intransferibles, es por ello que todos reaccionamos de forma diferente frente a la misma fotografía. Aunque este aspecto de la comunicación escapa al control del fotógrafo, la posibilidad de despertar emociones aumenta si las imágenes son novedosas. Y es que el cerebro tiende a ignorar los estímulos recurrentes. Por muy espectacular que sea un escenario, si una y otra vez lo vemos fotografiado de forma similar, su capacidad de emocionarnos decaerá.

Expresiones habituales como “a estas alturas no vamos a descubrir nada nuevo, ya está todo inventado” alimentan la creencia colectiva de que la creatividad es un don de unos pocos elegidos. Pero realizar imágenes novedosas está al alcance de todos, sólo tenemos que descubrir nuestra mirada personal. Se trata de descubrir imágenes que nadie más puede ver porque están íntimamente relacionadas con nuestra trayectoria vital y nuestro mundo interior.

No es un camino fácil. Para obtener imágenes personales es necesario romper una serie de bloqueos que estrangulan la creatividad. Son especialmente persistentes los “bloqueos culturales”. Entre esos millones de fotografías que se realizan al día, tan solo un pequeño porcentaje pasa el filtro de las revistas de renombre, obtiene galardones en los certámenes fotográficos o ilustra las páginas de los libros. Es este pequeño porcentaje el que modela nuestra cultura visual y establece los estándares estéticos de lo que serían “buenas fotografías”. Pero en mi opinión, es estéril clasificar las fotos en buenas o malas cuando se trata de canalizar una necesidad expresiva o artística; lo importante es ver reflejadas en nuestras imágenes las cosas que nos importan y mostrar su esencia tal y cómo cada uno de nosotros la ve.

También es difícil gestionar los “bloqueos emocionales”, principalmente el deseo de tener éxito. Si realizamos una fotografía pensando en que guste a los demás, es muy probable que terminemos reproduciendo un cliché. No menos limitante es la falta de confianza en nosotros mismos, que nos niega la posibilidad de alcanzar metas. Me vienen a la mente las palabras de Richard Bach: “y puesto que así lo creía, así fue”. Hay que concentrarse en lo que uno quiere y pasar a la acción. Pero para concentrarse es importante deshacerse de las preocupaciones, entre ellas, la falta de control de la cámara y de la técnica fotográfica.

Los “bloqueos perceptivos” que limitan la capacidad de ver fotográficamente tienen orígenes diversos. Entre ellos está la masa de estímulos a nuestro alrededor; cientos de objetos, líneas y colores que dificultan fijar la atención en unos pocos elementos. Y peor aún son las ‘etiquetas’ que ponemos a todo lo que vemos. Una vez hemos identificado lo que es un objeto determinado es muy difícil ver en él cualquier otra cosa que no sea “ese objeto reconocido”. A todo ello se suma la diferencia inherente que hay entre la forma de ver del ojo humano y de la cámara. Tenemos que mirar con los “ojos de la cámara” y ser capaces de previsualizar la imagen final.

El primer paso para romper todos estos bloqueos es darse cuenta de que están ahí y desear acabar con ellos. Cada paso que demos hacia la libertad será un paso hacia la creatividad. Después solo queda trabajar mucho, analizar nuestras fotografías, experimentar y evolucionar. Es entonces cuando empezaremos a desarrollar un estilo o lenguaje fotográfico propio, es decir, a utilizar de una forma particular la composición, la luz, el color, el punto de vista, la técnica, etc.

El excelente fotógrafo Bill Brandt (1904-1983) nos dio las claves de cómo mirar para poder ver:

La mayoría de nosotros miramos una cosa y creemos que la hemos visto, pero a menudo vemos sólo lo que nuestros prejuicios nos dicen que esperan ver, o lo que nuestra experiencia nos dice que debe ser visto, o lo que nuestro deseo quiere ver. Muy rara vez somos capaces de liberar nuestras mentes de pensamientos y emociones, y acabar viendo por el simple placer de ver. Y siempre y cuando no seamos capaces de hacer esto, la esencia de las cosas permanecerá oculta para nosotros

Fotografías y texto de Isabel Díez

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6 respuestas a La mirada personal

  1. antonio real dijo:

    Muy interesante Isabel. gracias

  2. hector pastor dijo:

    muy interesante…de hecho soy de esos que se ven atrapados en un estrangulamiento creativo….

    aunque hay una cosa que no comparto, no creo que todas las imagenes tengan en comun «querer llamar la atencion de alguien» excepto si ese alguien a veces es uno mismo… se que hay muchos fotografos que hacen fotografias espectaculares para ellos mismos…

    «que le importa a nadie que fotos saque yo o deje de sacar, yo saco fotos porque me gusta sacar fotos»

    por cierto tu imagen me ha recordado esta otra que me parece que tambien encaja con el texto… todo esta inventado? pues parece que no… unas simples algas y unos renacuajos y ahi tienes!! flipante…

    cloud-of-tadpoles EIKO JONES
    http://eikojnz.photoshelter.com/image/I0000r4VPsV4LZao

  3. Luis dijo:

    Un placer leer tus reflexiones Isabel ! Gracias

  4. Nuria dijo:

    Isabel….
    Una fotografía preciosa, no se si sacada desde «las tripas» o creada desde la mirada de la fotógrafa que sabe hipnotizar con sus composiciones a sus admiradores, pero para mi, de las que te sumergen en un mundo que invita a soñar, a ser libre y sobretodo a fantasear.
    El texto com la fotografía… La fotografía tiene además de de las muchas conocidas, la facultad de enseñar a ver, a quien quiera emprender esa difícil tarea, liberando la mente de prejuicios y a la vez el alma, y eso va mucho más allá de las imágenes conseguidas, eso transforma al individuo haciéndolo más grande, o sea, mejor persona, más humilde, más bondadoso, más empático. Es el gran regalo oculto de esta afición, profesión y/o pasión, que espero se nos revele a todos con el tiempo….
    Gracias por invitarnos a dejarnos llevar, a sentir más, y fluir… para ver simplemente lo que nos rodea que es, sin dudas… bellísimo!

  5. Esther dijo:

    La esencia de un lugar se encuentra mirandolo desde nuestro interior,conectarse en el entorno ser tu y lo que tus ojos estan viendo.
    Si, es así. Aúnque hoy dia recibimos mucha información y vemos muchas imágenes que nos impacatan, debemos desconectar de todo esto para que fluya de nuestro interior.
    La belleza de lo que estas viendo es tan inmensa que te hace olvidar todo lo demás.
    Gracias por este escrito.

  6. Fran Moreno dijo:

    Me ha gustado mucho Isabel. Gracias por compartir estas reflexiones tan interesantes.

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