
Algunas veces mientras estamos disfrutando de nuestra pasión fotografica y como es muy normal estamos totalmente absortos frente al motivo que queremos captar de la mejor manera posible con nuestra cámara, ocurren cosas maravillosas a nuestro alrededor como la que me sucedió hace unos días mientras me encontraba tirado por tierra en una forzada posición tratando de captar con el trípode totalmente desplegado a ras del suelo un pequeño grupo de hongos en una ladera boscosa de la sierra de Albarracín, cuando de pronto y casi por encima de mi cabeza se escuchó un profundo trepitar de la tierra y un nutrido grupo de ciervos como una mancha de colores que bajaba a toda velocidad y sin cercionarse de mi presencia, fue todo muy rápido y además de la sensación de gozo y belleza por el espectáculo que ocurría justo ante mis narices,0, siempre recordaré especialmente el retumbar profundo de sus pisadas.
