La Gomera ¿El último paraíso?

Uno de mis destinos fotográficos mas típico y recurrente es a alguna de las Islas Canarias, cada una de ellas tiene algo por lo que vale la pena visitarla, sobretodo a los amantes de la Naturaleza en mayúsculas, pudiendo destacar el Timanfaya y alrededores en Lanzarote, la impresionante costa este de El Hierro, el P.N. de las Cañadas del Teide en Tenerife y podría seguir y seguir pero nunca pasar por alto uno de los enclaves que me robó el corazón desde la primera vez que lo vi, Garajonay, en La Gomera.
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Uno de esos lugares en los que ya había estado en sueños incluso antes de verlo por primera vez, imaginándome esos enmarañados bosques de laurisilva o fayal-brezal, con un tapiz de flores de colores y con un suave toque de niebla dando ese punto entre pictórico y macabro que lo hace irresistible para toda nuestra «secta».

La especial climatología de la isla mantiene verde y húmedo el parque durante todo el año y en cierto modo, protege de los incendios que podrían arrasarlo completamente si fuera de otro modo, aunque históricamente se han dado algunos de muy importantes y que han desembocado en tragedias naturales como la de 2012. Precisamente esa parte quemada ha sido uno de mis objetivos en los últimos viajes a la isla, poder pasear entre esos troncos negros, algunos puro carbón pero que se mantienen en pie esperando resurgir como el ave fénix y el sotobosque que lo está engalanando de vida y color de nuevo, semana a semana, mes a mes y año a año, nos demuestra lo sabia que es la naturaleza y el verdadero motivo de publicar esta entrada, ¿es La Gomera el último paraíso?

Juzgad vosotros por la foto que acompaña este texto, tomada en abril de este año precisamente en esa zona que fue totalmente devastada en agosto de 2012.

El suelo tarda unos dos años en recuperar su aspecto, entre dos y cuatro el monte bajo y matorral y entre 10-15 años el resto de zona afectada, por suerte no afectó a la zona de laurisilva de calidad, donde el daño hubiera sido incalculable e irreparable.

Desde aquí quiero lanzar una petición de respeto al medio, concienciación y conservación del Patrimonio que tenemos para poder dejar un legado a futuras generaciones, dejando a un lado los intereses económicos cuando lo que esta en juego es algo tan preciado como el protagonista de esta entrada.

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